La manipulación emocional: cómo detectarla y detenerla

Cuando se habla de manipulación emocional se hace referencia a todo tipo de acciones que implican distorsiones en pensamientos y explotación emocional, con la finalidad de ejercer control sobre una persona y con ello obtener algún beneficio.

Existe la influencia social que puede ser saludable y en la cual la persona aprende ciertas habilidades o formas de ver las cosas y esto le da un beneficio en su vida. Es una situación de ganar-ganar.

En la manipulación emocional no hay ganar-ganar, ya que la persona manipuladora se aprovecha de la situación del otrx, generando conflicto, desequilibro, y en ocasiones caos en la vida de ella.

El objetivo principal de la manipulación emocional es generar culpa en quien se tiene al frente, de manera que sea más sencillo obtener lo que se desea.

Esto usualmente ocurre de forma sutil, casi sin ser percibido, y en ocasiones cuando se es consciente, ya la conducta se modificó y la persona obtuvo lo que quería.

La persona manipuladora

No todas personas que ejercen la manipulación emocional lucen iguales, ya que hay diferentes tipos de manipulación y personas que la ejercen, entre ellos: seductores, víctimas, silenciosxs, castigadores, autocastigadores.

Sin embargo, se pueden notar algunos rasgos a los cuales es importante ponerles atención:

  • Carencia de empatía y responsabilidad afectiva: sus necesidades están por encima de las de los demás y no son capaces de reconocer sus errores
  • Comunicación poco asertiva y en ocasiones agresiva: tiende a alzar la voz, recurrir a lenguaje soez, no se enfoca en soluciones, busca culpables
  • Necesidad de atención: buscan ganar, ser el centro y queridos por todxs
  • Facilidad para identificar debilidades ajenas: y emplearlas como herramienta para manipular.

Las personas que ejercen manipulación emocional operan de una forma solapada y casi imperceptible. Causar miedo es una de las comunes, en donde la persona manipuladora descubre los miedos de quien tiene al frente, se enfoca en ellos y magnifica para obtener lo que desea. Dentro de una relación de pareja se puede ver esto a través del miedo al abandono, miedo a estar solx o esa sensación de indefensión, de no poder solx.

El gaslighting es otro tipo de manipulación en donde la persona cuestiona y debilita la autoconfianza de su víctima, adaptándole la visión a su manera. Esto incluso puede provocar que la víctima dude de sí, de sus decisiones y de su contacto con la realidad.

Así mismo, existe una forma de manipulación que es confundida en muchos momentos con un acto de amor, y es a través de la “protección” que ejerce la persona manipuladora sobre su víctima. Ante esto, la víctima cree que requiere de la protección del otro y que sin esa ayuda no puede, por lo que termina cediendo en las solicitudes y la protección se transforma en control.

También, encontramos personas que operan desde la famosa “ley del hielo”, haciéndole esperar y jugar con su tiempo y sus necesidades de escucha. Este silencio aumenta su incertidumbre y su sensación de culpa, ya que genera dudas sobre su actuar y su valía como persona.

Cabe destacar que no siempre las personas manipuladoras emocionales son malas o deben ser vistas como monstruos. En ocasiones, se trata de una persona que no aprendió a vincularse de forma saludable con otra. Posiblemente también se trate de una persona que tiene una idea errónea y disfuncional de lo que el amor es.

Sin embargo, esto no quiere decir que es algo que usted deba permitir o justificar en su vida.

¿Cómo poner un alto?

En primera instancia, es indispensable reconocer que algunas personas pueden estar frente a una situación de riesgo inminente que surge de la manipulación emocional y que, ante esto, es imperativo buscar el apoyo de un profesional o de alguna entidad que pueda velar por la seguridad de la víctima.

En caso de no ser así, detectar su situación y ser capaz de ponerle el nombre que le corresponde: manipulación emocional. Se podría trabajar en:

  • Poner en evidencia que esto está ocurriendo y reforzar sus derechos fundamentales frente a esa persona
  • Decir que no con firmeza y determinación, entendiendo que no se puede/debe responder siempre que sí a otra persona
  • Poner atención a las acciones de la persona, revisando si hay coherencia entre lo que dice y lo que hace
  • Poner límites claros
  • Preguntar y tener claridad de lo que la otra persona está diciendo o insinuando. También se pueden devolver las preguntas para poner en evidencia lo que está ocurriendo
  • Establecer distancia con esa persona, enfocándose en su bienestar emocional y mental. Esto principalmente cuando la persona manipuladora no parece respetar sus derechos en ninguna circunstancia
  • Reforzar autoestima, autovalía e independencia. Esto se puede hacer en terapia, para crear nuevas herramientas que le permitan sentirse capaz de finalizar un vínculo nocivo para su vida.

En muchas ocasiones el apoyo del profesional en salud mental es indispensable, ya que el manipulador emocional puede dejar heridas que duelen y que requieren de guía para sanar y crear nuevas habilidades para evitar estas situaciones a futuro.

La aprobación o desaprobación de los demás no le definen, usted es una persona valiosa, aunque tenga oportunidades de mejora, no merece vivir bajo las demandas y exigencias de otra que le quiere ver ceder.

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