Los videojuegos son todos aquellos juegos electrónicos que se visualizan y desarrollan a través de una pantalla. Estos pueden ser a través del televisor por medio de una consola, o bien a través de aplicaciones en el celular, tableta o computadora.

Desde su aparición, estos juegos han tomado un papel protagonista en la vida de muchas personas y principalmente de los menores de edad, debido a que en ocasiones fueron empleados como “chupetas tecnológicas” ante distintas situaciones en los hogares.

Esto ha provocado que sean vistos por muchas personas como algo malo, innecesario y problemático. Incluso, el uso desmedido de estos juegos ha provocado que algunos menores de edad desarrollen dependencia y tengan menos contacto con el mundo real que les rodea.

Sin embargo, como sociedad se ha enfocado mucho en las cosas negativas que provienen del uso de los videojuegos. Se hace hincapié en “lo malo” de esto, en vez de ser visto como un reto que puede mejorar y no se le ha destacado la importancia educativa que pueden tener al ser empleados como herramienta también y no sólo como simple ocio.

Sin embargo, para poder hacerle frente a los retos que estos juegos proponen, se requieren una serie de habilidades que pueden ser importantes a la hora de vivir en sociedad.

Se pueden desarrollar múltiples habilidades blandas a través de los videojuegos, por mencionar algunas: comunicación, adaptación a cambios, pensamiento crítico, toma de decisión, persistencia, tolerancia a la frustración, trabajo en equipo… También se desarrollan capacidades mentales como la memoria, mejoría en los reflejos, concentración, atención sostenida, entre otros.

A nivel motor, es posible evidenciar el desarrollo de destrezas como la coordinación mano-ojo, orientación espacial e inclusive la coordinación en movimientos pequeños.

La temática de cada videojuego es indiferente porque siempre hay retos que enfrentar, lo que permite que quien está del otro lado de la pantalla pueda crear estrategias para salir exitoso de dicho reto.

Adicional a esto, se pueden estudiar temas académicos a través de los videojuegos que incluyan matemática, historia en la misma dinámica de este, programación, entre otros temas que pueden estudiarse en las escuelas.

Visualizar los videojuegos como herramienta de aprendizaje puede resultar beneficioso para las familias, ya que elimina ese peso negativo que existe alrededor del tema, lo que permite que sea más disfrutado.

El hecho de que puedan ser empleadas como herramientas de aprendizaje, no significa que los menores deban tener un acceso ilimitado a estos, ya que existen otras cosas más en las que deben y pueden dedicar espacios del día.

Cabe destacar que, los videojuegos deben ser escogidos de acuerdo con la edad de los menores y para ello es indispensable tomar en cuenta las clasificaciones establecidas por el ESRB, que indica las siguientes categorías (www.esrb.org/ratings-guide/es/):

• Todos (generalmente para todo público)
• Todos +10 (para chicos mayores de 10 años)
• Adolescentes (enfocado para chicos de 13 años en adelante)
• Maduro +17
• Adultos únicamente +18
• Aún sin clasificar (no se ha clasificado al momento)

Se indica en estas clasificaciones que es posible ver algún grado de violencia en sus juegos o personajes, sin embargo, están ajustados a lo que se considera prudente para la edad y con los gráficos específicos para cada etapa del desarrollo.

Conocer esta información y revisar justamente cómo están clasificados, es deber del adulto. Ya que de esta manera se puede evitar el consumo de mensajes o imágenes indeseadas y poco recomendadas para los menores.

Una vez que esta revisión se hace, se puede permitir que ellos desarrollen habilidades a través de los juegos. Más aun tomando en consideración que la virtualidad se ha apoderado de la realidad que se conoce actualmente.

Algunas recomendaciones para realizar un manejo más asertivo de los videojuegos:

• Establecer límites de tiempos en conjunto con sus hijos e hijas
• Realizar una buena escogencia de los juegos que se comprarán, tomando en cuenta las clasificaciones anteriormente destacadas
• Proponer espacios en donde no haya uso de pantallas y se realicen otras actividades
• Integrarse en el juego con sus hijos e hijas
• Evitar que jueguen durante espacios importantes básicos como alimentación y antes de dormir, para permitir que estos espacios sean aprovechados de una mejor manera.

Los videojuegos son parte de la realidad de los chicos y las chicas actualmente, ha venido siendo de esta forma hace varios años, por lo que es importante reconocer la relevancia que tienen para ellos y ellas. Eliminarlos, prohibirlos o señalarlos como algo negativo puede resultar contraproducente.

Sin embargo, el acompañamiento, la atención y la regulación deben existir siempre por parte de los adultos responsables.

De todo podemos aprender, pierda el temor. ¡Hablemos!

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